- Las islas Cíes (cuya playa fue nombrada como la mejor del mundo por el diario “The guardian”,
- Las Ostras de A Pedra (degústelas con un vino blanco D.O. Rías Baixas),
- La Porta do Sol (km 0 de Vigo),
- El Monte de O Castro (origen de la ciudad de Vigo),
- La Playa de Samil (arenal con más de 1 km y con instalaciones para los niños),
- El Barrio de Bouzas (barrio marinero de Vigo),
- La calle de Príncipe (la calle de las compras),
- La Praza da Constitución (centro del casco viejo),
- La Praza de Compostela (alameda del s. XIX),
- El Paseo litoral de Bouzas (2,5 km agradables junto al mar).

DÍA 1: Para ir abriendo boca, os proponemos empezar la visita con la visita al Monte de O Castro con su fortaleza y sus vistas sobre la ría. Para continuar, podéis bajar por la calle Manuel Olivié para admirar la escultura de los caballos que adorna la plaza de España, a continuación, seguís la calle Gran Vía la izquierda y posteriormente también a la izquierda, Urzáiz que nos llevará a la calle del Príncipe (la calle de las compras) y a la Puerta del Sol que nos dará entrada en el casco histórico si cruzamos la calle. Aquí podréis disfrutar de la gastronomía local que descubriréis callejeando. No os perdáis la concatedral, en el centro del Casco Viejo y si os gustan las ostras, la calle Pescadería es vuestro destino obligado.

Después de comer, podéis bajar hasta el paseo de las Avenidas y ver la ría. A continuación, podéis pasear por la alameda de la Plaza de Compostela y sus alrededores para conocer el Vigo señorial, visitar el Salinae (musealización de una salina romana) y terminar el día en una de las terrazas de la calle Rosalía de Castro.

DÍA 2: Os invitamos a comenzar el día visitando el pazo de Castrelos, con su museo (arqueología, historia y arte) y sus jardines inglés y francés. Desde aquí, si os gusta caminar, podéis realizar la ruta del río Lagares que os llevará hasta la playa de Samil, donde podréis comer (de picnic o de restaurante/bocatería). Si no, podéis acercaros hasta allí en bus o en coche para pasar allí el resto de la tarde: disfrutando del paseo marítimo, la playa si la temperatura lo permite y visitando si os apetece los distintos espacios museísticos que hay en la zona: el museo del Mar, el Verbum (casa de las palabras), la fundación Sales (jardín botánico) y finalmente contemplar la puesta de sol, perfecto broche para nuestra visita.